En diversas ocasiones, muchos desarrolladores europeos se han quejado de lo impotentes que se sienten frente a Apple y Google, las compañías cuyas tiendas de aplicaciones son la única forma de distribuir programas y apps para llegar a los usuarios de dispositivos móviles.
Spotify y Basecamp son dos de los ejemplos más recientes, pero las nuevas regulaciones que ahora entran en vigor, podrían cambiar notablemente el equilibrio de poder actual, a favor del pequeño desarrollador.
Con fecha del pasado 20 de junio, entró en vigor una nueva directiva de la UE: 2019/1150, sobre la promoción de la equidad y la transparencia para los usuarios comerciales de servicios de intermediación online.
El objetivo de la legislación es crear más equilibrio entre los propietarios de plataformas y las empresas que venden sus productos y servicios a través de ellas. Apple y Google son los ejemplos más obvios, pero las reglas también se aplican a Valve y Amazon, por ejemplo.
El artículo 4 de la Directiva obliga a las plataformas a esperar al menos 30 días antes de cerrar la cuenta de una empresa y dejar de comercializar sus productos. Se trata de eliminar a un desarrollador concreto de las tiendas de apps, y no de detener las aplicaciones individuales.
Si las plataformas restringen la provisión del servicio a un usuario comercial, por ejemplo, al eliminar una aplicación en particular, deben proporcionarles una explicación por escrito en un “medio persistente”, es decir, no por correo electrónico.
Más interesante es el Artículo 5, que obliga a las empresas a ser más transparentes sobre cómo se clasifica el contenido en las tiendas de aplicaciones online. Los propietarios de la plataforma deben revelar cómo se clasifican los resultados en las funciones de búsqueda.
Es decir, deben indicar qué parámetros son más importantes para determinar por qué algo se clasifica en un nivel superior y por qué son importantes para los usuarios. La declaración debe mantenerse actualizada y escrita en un lenguaje comprensible.
Las plataformas también deben publicar información sobre cómo las empresas pueden influir en su clasificación, por ejemplo, pagando para obtener una alta posición. Por lo tanto, no pueden ocurrir acuerdos especiales secretos con clientes individuales.
Esta es una de las reglas más importantes desde el punto de vista de la competencia, ya que las pequeñas empresas pueden tener dificultades para competir con las grandes ya establecidas si pueden pagar por un trato de favor.
El artículo 7 obliga a los propietarios de plataformas a revelar cualquier discriminación o trato preferencial, ya sea por sí mismos, o bien, por clientes individuales, en sus acuerdos de usuario como consumidor.
Por ejemplo, si Apple le da a sus propias aplicaciones una clasificación artificialmente alta en la función de búsqueda de la App Store, la compañía debe decirlo y no hacer lo que más le convenga por sus intereses.
Las plataformas también deben, según el Artículo 11, garantizar que tengan sistemas internos para manejar las quejas de los usuarios comerciales, que deben ser gratuitos y proporcionar una respuesta dentro de un “tiempo razonable”.
El artículo 12 introduce el requisito de mediar en disputas entre propietarios de plataformas y usuarios comerciales. Las plataformas deben especificar al menos dos mediadores externos e imparciales a los que los clientes pueden recurrir si no se encuentra otra solución. De esta forma se pretende evitar que las disputas acaben en los tribunales.
La cuestión de la competencia desleal es clave en este momento. Tim Cook, junto con los CEOs de Google, Amazon y Facebook, se enfrentará al comité antimonopolio de Estados Unidos a lo largo de los próximos meses.
Este artículo apareció originalmente en Macworld Suecia.