La Apple TV: ¿seguramente la plataforma de Apple menos querida? Aunque la Apple TV lleva entre nosotros tanto como el iPhone (de hecho lo presentó Steve Jobs junto al primer iPhone y lo llamaron “iTV”), el receptor digital ha estado siempre en segundo plano para la compañía.
Esto no ha hecho más que crecer ahora que Apple ha empezado a colaborar con fabricantes de televisores y receptores externos para ampliar su servicio Apple TV+, ya que a traído a sus dispositivos funciones como la app Apple TV y AirPlay 2.
Aún así, rumores recientes sugieren que una actualización de la Apple TV está cada vez más cerca, pese a que se desconoce qué mejoras podría traer. Pero, con todos estos cambios en el universo streaming y la posición de Apple, ¿hay espacio para la Apple TV como un producto separado?
La TV está en todas partes
Los dispositivos de streaming son omnipresentes. Prácticamente cada televisor del mercado tiene su propia suite de apps integrada con servicios populares de streaming como Netflix, Hulu y Amazon Prime, y muchos incluyen un amplio catálogo de aplicaciones.
Asimismo, Apple se enfrenta a una dura competencia con vendedores populares de receptores digitales, como Amazon, Roku y Nvidia. Casi todos ofrecen dispositivos significativamente más baratos que la Apple TV.
Para bien o para mal, los reproductores multimedia han pasado a ser un lujo. Pudiendo ver Netflix en una media docena de dispositivos diferentes de tu casa, no tiene mucho sentido comprarse uno que cueste desde 159 € (y esto ni siquiera es por los modelos más caros compatibles con vídeo 4K).
Cierto, Apple vende la Apple TV como un dispositivo premium y tiene funciones que otros reproductores multimedia solo incluyen en sus modelos de alta gama, si es que las incluyen, como por ejemplo la compatiblidad con el estándar Dolby Vision. Pero muchos usuarios no tienen conocimiento sobre estos estándares de última generación y solo se han planteado pasarse al 4K.
Todo ello deja como único reclamo de la Apple TV su integración con el ecosistema Apple. Y puesto que Apple ahora ofrece su servicio en streaming en dispositivos de otros fabricantes, esto reduce la exclusividad de esa sinergía en pocas categorías, principalmente la App Store.
Fin de la partida
Aunque la App Store de la Apple TV es sorprendentemente completa comparada con la mayoría de sus competidores, se queda en nada si la comparamos con lo que Apple ofrece en sus otras plataformas. Las apps disponibles para la Apple TV se pueden dividir en dos categorías: servicios para ver vídeos y juegos.
Parece que en el apartado de los juegos Apple tendría cierta ventaja frente a la competencia, gracias a las similitudes entre tvOS y iOS/iPadOS, muy fuerte en cuestión de juegos. Y en cambio, los juegos de la Apple TV nunca han conseguido despuntar.
Incluso haber incorporado compatibilidad con los mandos de juego inalámbricos de Microsoft y Sony no han ayudado a que la Apple TV pase a tener un papel importante en el mercado de las videoconsolas.
En gran parte, esto se debe a que Apple está entre la espada y la pared. Pese a que consolas de Microsoft, Sony e incluso Nintendo sean más caras, sus dispositivos ponen los juegos físicos por encima del streaming.
El caso de la Apple TV es todo lo contrario, y seguramente su posicionamiento termine siendo el peor de los dos mundos: demasiado cara como receptor multimedia, y no suficientemente centrada en los juegos para competir con la Xbox y la PlayStation.
Posibilidad remota
La otra gran debilidad de la Apple TV es su mando. Gran parte del trabajo de Apple respecto a la Apple TV ha ido dirigido a diseñar el Siri Remote, que tiene un trackpad, así como un micrófono que puede usarse para su asistente virtual.
Aunque estas funciones son inteligentes, centrarse en ellas ha hecho que el mando sea algo polémico, principalmente porque ya no funciona tanto como un mando. Por ejemplo, el diseño simétrico del Siri Remote significa que puedes cogerlo de arriba o de abajo.
Y además es tan delgado y pequeño comparado con otros mandos que fácilmente puede perderse, algo que no querrás que te pase pues comprar otro cuesta 65 € (por este precio podrías comprarte directamente otro receptor digital).
Según algunos informes, parece que Apple se centrará en solucionar esta gran facilidad de perder el mando añadiendo compatibilidad con la función de localización ‘Buscar mi’, pero sinceramente este es el menor de sus problemas.
Viniendo de una compañía que fabrica dispositivos premium pensando en los usuarios, el Siri Remote parece un intento fallido.
Streaming de lujo
Pese a que el mercado de los receptores streaming se ha extendido, está claro que Apple sigue pensando que la Apple TV es un problema. Y debido a que el margen de beneficios seguramente va a la baja, es difícil de discutir.
Los modelos de alta gama 4K tienen un coste inicial de 199 €, pasando a costar 219 € para la versión de 64 GB de almacenamiento. ¿Pero para qué necesitas 64 GB? Apple dice que para descargar muchos juegos y apps, pero siendo alguien que se ha descargado muchas en los últimos años, nunca he llegado a pasar los 16 GB. (He conocido muy pocos usuarios para los que el modelo de 16 GB no fuera suficiente.)
Eso no quiere decir que la Apple TV no sea un dispositivo impresionante en cuanto al streaming. Pero sin duda tiene un público muy concreto: un coche deportivo de lujo en un mundo de berlinas. Cierto, puede que la gente siga comprándolos, pero muy pocos van a necesitar una. Y al fin y al cabo, para la mayoría de gente, funcionalidad va por encima de lujo.
Artículo original publicado en Macworld US.