Hace tiempo que circulan rumores sobre el nuevo diseño de los AirPods. (Muchos les siguen llamando AirPods 3, pero en realidad nunca hubo unos AirPods 2.) Según a quién hagas caso, estos llegarán en la WWDC, o en otoño, o la semana que viene. Se suponía que tenían que acompañar a la nueva suscripción de Apple Music lanzada este lunes, pero no fue así.
Aunque un nuevo diseño para los AirPods sería bienvenido, esta suscripción premium de Apple Music no lo es. La música de alta fidelidad siempre ha sido puro marketing, una forma de atraer a los audiófilos y a su dinero. Nunca ha terminado de cuajar, principalmente porque no es necesario.
Ahora que Amazon y Spotify también han añadido planes de alta fidelidad a sus servicios, no me extraña que Apple haya incorporado una nueva opción lossless a Apple Music, pero me gustaría que no lo hubiera hecho, aunque no cueste más dinero.
El cementerio del audio de alta fidelidad
Apple no es la primera compañía en intentar venderles a los amantes de la música la necesidad de tener audio de alta fidelidad. Ni la segunda. Ni la quinta. El audio digital de alta fidelidad y alta resolución lleva en nuestras vidas desde antes del iPod, cuando había una guerra de formatos entre DVD-Audio y Super Audio CD para saber quién sustituiría tu reproductor de CD y la mayoría de tu música por ninguna razón.
Los melómanos llevan años grabando CDs en formatos lossless como FLAC. Apple incluso tiene el suyo propio, ALAC (Apple Lossless Audio Codec), que es ahora de código abierto y libre de derechos. Pese a que estos formatos llevan mucho tiempo en el mercado, nunca se han convertido en mainstream.
¿Te acuerdas del PonoPlayer de Neil Young? ¿O de Tidal, el servicio propiedad de los artistas conocido conocido por pedirte más por reproducciones en alta fidelidad? Spotify lanzará un plan HiFi, lo que podría ser el motivo de que Apple esté haciendo eso del Apple Music Lossless. Ay.
Hay muchas razones por las que los productos y servicios de música fallan, pero parece que todos los que aseguran ofrecer “audio superior” terminan llegando a su fin.
Casi nadie puede oír la diferencia
Hay un buen motivo. Y es que la compresión moderna de música con pérdida sabe muy bien eliminar solo la información de audio que no podemos oír. Lo cierto es que, cuando lo pones a prueba, la mayoría de gente no sabe diferenciar entre un audio sin pérdida y un audio con pérdida (por ejemplo, el ACC de 256 kbits por segundo, que es lo ofrecido actualmente por Apple Music).
Quizás una entre mil personas tiene un buen oído que ha sido entrenado lo suficiente para oír las diferencias. Incluso si este es tu caso, necesitarás un dispositivo capaz de reproducir fielmente esas pequeñas diferencias: decodificadores, amplificadores, y altavoces o auriculares. Oh, y también necesitarás un entorno ideal para escuchar bien.
Las estrellas biológicas, ambientales y tecnológicas tienen que alinearse para que la música lossless de alta fidelidad pueda escucharse un poco mejor que la música moderna con pérdida de alta calidad.
A la gente le gusta autoconvencerse que se encuentran entre esos pocos, como si fueras mejor por poder apreciar la música lossless de alta fidelidad. No eres especial, no pasa nada, y es que la compresión moderna de audio con pérdida es increíble.
¿Quieres probarlo por ti mismo? Haz la prueba Digital Feed ABX. Es la mejor medida para probar la calidad de audio que he visto. No te sientas mal si dice que probablemente no puedas diferencias entre audio con o sin pérdida. ¡Casi nadie puede!
Una solución en busca de un problema
La música Hi-Fi, o lossless, o de alta resolución, o cualquiera que sea el último término de marketing sigue fracasando porque no es un problema que deba solucionarse.
De vez en cuando, aparecerá un nuevo producto en este espacio y leerás las opiniones floridas de los audiófilos que dicen que “preserva la calidez”, o que suena “espaciosa y detallada”, o “crujiente”, o cualquier otra extraña combinación de adjetivos. Lo que no verás es analistas que se sometan a una prueba ciega.
Cuando sabemos que estamos escuchando audio sofisticado, nos podemos autoconvencer de que suena mejor. Dile a alguien que van a escuchar un amplificador de 10.000 dólares y hablarán efusivamente de su calidad.
Al hacer una prueba a ciegas, veremos que el emperador no lleva ningún traje. El audio moderno comprimido es capaz de alcanzar los límites de la percepción humana y las capacidades de reproducción de sonido de dispositivos muy caros (como los AirPods Max).
La segunda parte del anuncio de Apple, por otro lado, es fantástica. Permitir el sonido espacial 3D en música y traerlo a todos los AirPods y los auriculares Beat con un chip H1 o W1 beneficiará a los suscriptores.
Mientras que el catálogo de lossless de alta resolución será limitado en su lanzamiento, Apple puede usarlo para recrear un sonido espacioso (especialmente útil para grabaciones en directo) que es solo posible en Apple Music y los auriculares Apple. Es un beneficio real que los usuarios van a notar.
Pero seguir a Spotify y otros por el camino de la “música de alta fidelidad” es la misma estrategia de marketing sin sentido. Ese camino lleva a un barranco y siempre lo ha hecho.
Artículo original publicado en Macworld US.