Durante varios años, Android ha tenido ventaja respecto a Apple en cuanto al número de usuarios, pero un cambio reciente a favor de Apple sugiere que los usuarios de Android se están pasando a la otra plataforma. Por mala suerte para ellos, el paso puede no ser una experiencia tan positiva como cabría esperar.
Un amigo que se había decidido a pasar de Android a iPhone vio cómo su ilusión por cambiarse a su nuevo terminal se desvanecía un poco cuando se dio cuenta de que en la caja en la que venía el iPhone no se incluía un adaptador de corriente.
La ausencia de ese adaptador es un inconveniente para el típico usuario de iPhone, pero puesto que probablemente tendrán muchos cables y adaptadores de Lightning a USB-A en casa, no significa que no vayan a poder cargar su nuevo iPhone.
Los que lleven tiempo siendo usuarios de iPhone pueden simplemente coger un cable y un adaptador para cargarlo. Seguramente no sea un cargador USB-C y, por lo tanto, que el proceso sea un poco más lento, pero será suficiente.
Es otra historia para mi amigo, que hasta ahora era usuario de Android. Puede que tenga muchos cargadores USB-A antiguos, pero no tendrá un cable Lightning para conectar a su iPhone más allá del que viene en la caja, compatible con USB-C.
Como resultado, lo que podría haber sido una primera experiencia con un iPhone muy positiva ha pasado a ser frustrante y molesta que manchará su vivencia con el dispositivo.
Por qué no beneficia realmente al medio ambiente
Esta situación es el resultado de la decisión de Apple, anunciada a mediados de 2020, de dejar de incluir un adaptador de carga (y también auriculares) en la caja de su nuevo iPhone. Pero no solo implica al iPhone 12, sino a todos los iPhones nuevos. Así, no se incluye cargador tampoco en las cajas actuales del iPhone 11 o el iPhone SE, por ejemplo.
Apple justificó esa decisión por ser buena para el medio ambiente: la caja puede ser más pequeña si no incluye un adaptador, por ejemplo. Además, Apple lleva más de una década vendiendo iPhones y iPads con cables y cargadores Lightning en la caja, así que se entiende que dé por hecho que sus clientes ya tienen varios en casa, que en nuestro caso es cierto.
Cualquier decisión tomada para ayudar al medio ambiente es, obviamente, de admirar. No obstante, no podemos evitar preguntarnos si el medio ambiente se utiliza como excusa para esconder el motivo real de tal decisión.
No incluir un cargador en la caja es claramente beneficioso para Apple: puede vender más cargadores USB-C; se evita el coste de enviar el cargador a sus clientes; y, más importante, los adaptadores son de diferentes tamaños y formas, así que Apple ya no tiene que diseñar cajas para que quepan bien.
Pero aún peor. Más que ayudar al medio ambiente, podría decirse que es una decisión en contra del medio ambiente, ya que pueden resultar dos cosas de la decisión: o bien los cables de la caja no sirven a lo que no quieren comprar un nuevo adaptador; o bien las pilas de cables y adaptadores USB-A en casa pasan a ser inútiles a los que sí deciden pasarse al USB-C.
Simplemente es un momento inoportuno, al combinar el paso de USB-A a USB-C en la carga, que empezó con el iPhone 11 Pro y el iPhone 11 Pro Max, con la ausencia del cargador USB-C de la caja. Es una decisión que probablemente acepten los usuarios de iPhone, pero no sabemos si los usuarios de Android que se pasen a la plataforma por primera vez podrán olvidarlo tan fácilmente.
Artículo original publicado en Macworld UK.