Imagínate esta escena: un ajetreado y bullicioso estudio de producción de vídeo con editores que se afanan por editar sus obras maestras. Probablemente te los imaginas en enormes estaciones de trabajo y monitores gigantes, ¿verdad? Ahora imagina esto: todos sentados en cómodos sofás, pero igual de ocupados, editando en iPads.
Final Cut Pro para iPad aporta una nueva herramienta tanto a los creadores aficionados como a los profesionales. Aunque el escenario anterior puede no parecer aún realista para quienes trabajan en la industria, hay varias formas en las que el iPad puede potenciar y mejorar el proceso de producción.
Y Final Cut Pro es un paso de gigante para convertir el iPad en un auténtico ordenador.
¿Puede el Final Cut Pro para iPad sustituir realmente a la versión para Mac? ¿O no es más que un añadido? Veamos por qué Final Cut Pro para iPad puede ser una ventaja para los creadores y creadoras en situaciones de producción importantes. Eso sí, se necesita una configuración de hardware adecuada para que esto sea posible.
Apple Silicon lo hace todo posible
La mayoría de los creadores están acostumbrados a utilizar estaciones de trabajo grandes y potentes para editar, etalonar y exportar material. Estas estaciones de trabajo, como el Mac Studio o el Mac Pro, son muy caras.
Pero el Apple Silicon ha cambiado la forma en que los creadores eligen el hardware, ahorrando algo de dinero en el proceso. Con su impresionante eficiencia y su rendimiento casi mágico, muchos descubren que con un MacBook Pro con Apple Silicon (o incluso el MacBook Air) tienen suficiente capacidad de procesamiento.
No había muchas expectativas de que una tablet pudiera soportar trabajos pesados: el software que consume muchos recursos se reservaba principalmente para portátiles y ordenadores de sobremesa. Cuando el iPad Pro recibió el veloz chip M1, lo que faltaba era el software para aprovechar su rendimiento.
Si un Mac con Apple Silicon puede ejecutar esas aplicaciones, ¿por qué no una tablet con M1? Esto abrió el camino para que Final Cut Pro y Logic Pro se abrieran paso en el iPad. La cuestión pasa a ser de usabilidad y practicidad, no de rendimiento.
Ahora bien, Final Cut Pro necesita al menos un iPad Pro con M1 para funcionar. Los iPad más antiguos con chips de la serie A no son compatibles, pero incluso con ese requisito, la edición con Final Cut Pro es más accesible que nunca en más dispositivos.
Diferencias básicas entre Final Cut Pro para iPad y para Mac
Vamos a sumergirnos en escenarios reales, en cómo sacar partido a Final Cut Pro para iPad y en qué carencias tiene en comparación con la versión para Mac. Tiene una interfaz visual similar con una línea de tiempo magnética, que te resultará familiar. Sin embargo, hay algunas diferencias más profundas a tener en cuenta.
Estas son algunas diferencias básicas que pueden hacer que no quieras reemplazar el Final Cut Pro de tu Mac. O puede que te seduzca usar ambos.
Precio

Final Cut Pro para iPad solo está disponible como suscripción
Thiago Trevisan
Esta es la primera diferencia notable. La versión para Mac tiene un precio único de 349,99 € / MXN$5,999 / US$299. La versión para iPad está disponible con una suscripción mensual de 4,99 € / MXN$99 / US$4.99 o un coste anual de 49 € / MXN$990 / US$49.
Ahora que las suscripciones de software son más comunes que las cuotas únicas, la lista de servicios de suscripción que acumula un usuario puede ser agotadora, pero es un coste inicial más barato. Esto tiene más sentido para los aficionados o el uso ocasional. La mayoría de los usuarios profesionales preferirían pagar una sola vez por el software, en lugar de estar atados a una suscripción.
En cuanto al hardware, hay argumentos en todas direcciones. Mientras que el iPad Pro es más barato que las estaciones de trabajo tradicionales, hay varias opciones Mac asequibles (como el Mac mini) que pueden manejar cargas de trabajo similares.
Movilidad
La versión para iPad de Final Cut Pro, según el propio marketing de Apple, está orientada a “creadores en movimiento”. Puede interpretarse que se dirige a quienes utilizan el propio iPad para grabar secuencias. Aunque la distinción entre “profesional” y “consumidor” es una línea borrosa, el contenido de las redes sociales ha hecho posible que estos flujos de trabajo sean muy realistas.
Apple incluso ofrece un modo de cámara en Final Cut Pro para iPad, donde puedes grabar directamente desde la aplicación. También te ofrece más ajustes manuales, como la exposición y la velocidad de fotogramas. Esto acelera considerablemente el flujo de trabajo, ya que no tienes que importar el metraje de una cámara y te saltas ese intermediario.
Se han hecho películas enteras con un iPhone, pero el iPad no es la primera herramienta que la mayoría de los creadores utilizaría, sobre todo por su mayor tamaño. Aun así, es posible crear un ecosistema “todo en uno” de grabación, edición y exportación con un iPad. (O grabar en el iPhone, más portátil, y transferirlo fácilmente para editarlo en el iPad Pro, más grande.)
Aunque los portátiles son muy portátiles, vaga la redundancia, el iPad va un paso más allá: es aún más fácil de transportar y tiene pantalla táctil. Además, el iPad nos ofrece un cierto nivel de comodidad: puedes usarlo sentado, tumbado o incluso sentado de lado. Esto añade más flexibilidad al entorno del creador, ya sea en una silla de escritorio o en el asiento de un autobús. Un Mac de sobremesa (o incluso un MacBook) a menudo puede atar al usuario a una posición más fija debido a su ergonomía.
La pantalla táctil del iPad Pro es impresionante, y sin duda puede aumentar la experiencia de edición de una manera única. Con solo deslizar el dedo, puedes editar rápidamente después de acostumbrarte a los movimientos. La jog wheel ayuda a añadir más precisión a los movimientos y la edición, que a veces puede parecer descuidada con el tacto. Después de usar la jog wheel durante unas semanas, me pareció intuitiva y muy divertida; a veces incluso la echaba de menos en el Mac.

La jog wheel es una parte intuitiva de la interfaz de usuario de Final Cut Pro para iPad
Thiago Trevisan
Interfaz táctil
El Apple Pencil también puede ser útil, aunque, para movimientos precisos, es tosco comparado con un ratón. Para ciertas ediciones y ajustes, el Apple Pencil puede ser la mejor herramienta para el trabajo. También tienes la posibilidad de dibujar en tu proyecto y animarlo. Apple llama a esto “dibujo en tiempo real”, que se puede hacer tanto con el dedo como con el Apple Pencil.
También puedes conectar un teclado al iPad Pro, pero entonces parecerá más un ordenador portátil. Aun así, hay cosas que puedes hacer en el iPad Pro que no son tan fáciles en un portátil: pellizcar para hacer zoom y deslizar rápidamente los dedos son movimientos más intuitivos en una pantalla táctil frente a un touchpad.
La interfaz táctil tiene sus inconvenientes. A la hora de mover ciertos objetos en la pantalla o incluso movimientos básicos de archivos, es preferible utilizar el ratón. Si no tienes un teclado físico conectado, escribir puede ser una tarea pesada con el teclado en pantalla.
En general, cuando se hace un vídeo, es fácil sentarse y hacer la edición inicial en el iPad Pro (ediciones obvias, recortar silencios, y organizar el proyecto). Luego se puede pasar fácilmente a Final Cut Pro para Mac para hacer ediciones finas y terminar el proyecto.

Presets de color en Final Cut Pro para iPad
Apple
Etalonaje
Final Cut Pro para iPad tiene funciones limitadas en comparación con la versión para Mac. Herramientas como la gradación de color ofrecen funciones simples y no tienen las capacidades que ofrece la versión para Mac. El flujo de trabajo de etalonaje puede ser minimalista si grabas en un dispositivo móvil o utilizas colores de cámara incorporados. Si estás grabando con una cámara con capacidades RAW o de registro, querrás hacer la gradación de color en un Mac.
En el iPad, estás limitado a los luts disponibles en Final Cut Pro sin la posibilidad de añadir los tuyos propios. Los ajustes de color que puedes hacer son básicos y, desde luego, no aprovechan lo que muchas cámaras de vídeo RAW y log son capaces de hacer.
Puedes hacer varios ajustes mediante controles deslizantes, y ajustar los sospechosos habituales como la exposición. Tendrás una buena selección de presets de gradación de color que pueden ayudar a dar algo de carácter a tu edición, que puedes ajustar con controles deslizantes en cuanto a su intensidad. Esto parece adecuado para ediciones rápidas, sobre la marcha, en lugar de un enfoque más detallado que sigue siendo mejor en el Mac.
Otros elementos, como los fotogramas clave, también están disponibles, pero son más limitados en el iPad Pro. También hay un buen surtido de opciones listas para usar. Hay varios títulos, transiciones y efectos que puedes aplicar en unos segundos. Si bien le falta la granularidad que obtendrías en el Mac, ciertamente puedes obtener un uso lo suficientemente convincente para la mayoría de los casos de uso con estas herramientas disponibles.
La pantalla del iPad Pro es de muy alta calidad y consistente, especialmente con HDR. Sin duda puedes obtener una mejor experiencia de color frente a un monitor más barato atado a un Mac. No obstante, las pantallas de los MacBook Pro y los monitores de Apple también son de gran calidad.

Final Cut Pro para iPad incluye bandas sonoras pregrabadas
Apple
Audio
Para ajustes básicos de audio, la versión para iPad debería ser más que suficiente. Incluso el aislamiento de voz que Apple añadió en Final Cut Pro para Mac está presente, además de otras herramientas útiles. También es posible eliminar ruidos y escuchar con más detalle. Al igual que con el color, también obtendrás algunas bandas sonoras que puedes agregar a tus ediciones, por lo que es sencillo si quieres una opción básica.
El iPad Pro tiene unos altavoces integrados decentes, con la posibilidad de añadir los auriculares de tu elección para un mejor detalle (a través de un adaptador o Bluetooth).
Almacenamiento
Incluso con el soporte Thunderbolt en los modelos con Apple Silicon, con un iPad Pro, estarás atado principalmente al almacenamiento integrado y probablemente dependerás más de iCloud u otro almacenamiento en la nube. En un Mac, tienes mucha más flexibilidad para añadir matrices RAID de almacenamiento a través de Thunderbolt/USB-C. El iPad Pro tiene un único puerto USB-C, que te da algunas opciones como lectores de tarjetas SD, pero con más limitaciones.
La gran diferencia en almacenamiento potencial entre el iPad Pro y el Mac mantiene al iPad Pro limitado a proyectos más pequeños y menos complicados. Aunque puedes transferir proyectos del iPad Pro a un Mac, hacer lo mismo desde una biblioteca Mac no es posible actualmente.
La organización del almacenamiento también será más limitada en este caso. Muchos usuarios están acostumbrados a que la versión para Mac de Final Cut Pro disponga de sistemas bastante robustos para organizar las secuencias y los archivos que las acompañan. Mientras que podrás obtener algo de eso en el iPad, es un poco más obtuso y no tan amplio.
La aplicación Archivos en el iPad Pro sin duda acerca la usabilidad, con la ventaja añadida de AirDrop cuando necesitas transferir archivos. Esa es otra forma en la que el iPad Pro ha ganado habilidades similares a las de Mac sin invadir necesariamente ese espacio por completo.
Un compañero, no un sustituto
Muchos creadores “sobre la marcha” ya han racionalizado su flujo de trabajo al altamente portátil MacBook Pro o incluso al MacBook Air. Esto les permite acceder a todas las opciones disponibles en la versión de sobremesa de Final Cut Pro sin tener que renunciar a nada.
Sin embargo, con el vertiginoso entorno de las redes sociales en el que nos encontramos, puede que todo lo que necesites sea un iPad Pro para un flujo de trabajo totalmente móvil: grabar directamente, editar rápidamente y subir. Es uno de los canales más rápidos que existen.
Es probable que muchos usuarios utilicen tanto el iPad Pro como el Mac. Al igual que una película puede tener una cámara principal más grande, junto con otras cámaras secundarias, uno puede tener diferentes entornos de edición. El uso del iPad Pro como “borrador” y el posterior acabado en el Mac es algo que se hace a diario.
Usar Final Cut Pro en el iPad Pro es impresionante, pero todavía le falta en algunas áreas clave. Sin embargo, sin duda hace el trabajo con proyectos más pequeños y es un gran compañero para aquellos que usen el Final Cut Pro en Mac.
Artículo original publicado en la edición en inglés de Macworld.com.