Se dice que el periodismo trata de imprimir lo que alguien no quiere que se publique, mientras que todo lo demás son relaciones públicas. Y en esos términos, el periodista más purista probablemente se habría negado a escribir sobre los laboratorios para desarrolladores de Vision Pro que Apple promocionó la semana pasada. Pero el programa me pareció bastante interesante, y no por lo que Apple pretendía.
En primer lugar, vamos a lo básico. Los laboratorios para desarrolladores de Vision Pro consisten en una serie de sesiones de formación, consulta y evangelización para las personas que crearán el software de las próximas gafas de realidad mixta de la compañía.
Los desarrolladores y desarrolladoras que asisten a las sesiones tienen la oportunidad de probar las Vision Pro y plantear preguntas a sus diseñadores, lo que les ayuda a comprender mejor cómo funcionará su software en ese entorno. En el artículo de Apple, grandes desarrolladores declaran que las sesiones han hecho avanzar sus planes para las apps de VisionOS y les han infundido un nuevo entusiasmo por el proyecto.
Trabajo hecho, parece.
Pero aquí está el problema. Si los desarrolladores con éxito comercial y amplia experiencia en el sector necesitan que les lleven de la mano para comprender el potencial de las Vision Pro (para apreciar, por ejemplo, que una interfaz de computación espacial es menos limitante que una pantalla con bordes), ¿qué esperanza hay para el resto de nosotros?
El año que viene será crítico para Apple, y las Vision Pro será el lanzamiento clave que dirá si la compañía triunfará o fracasará en la próxima década. La empresa confía en que la realidad virtual y la realidad aumentada se conviertan en la próxima gran plataforma, pero se enfrenta al obstáculo de que la mayoría de sus clientes potenciales han tenido malas experiencias con estas tecnologías o, más probablemente, ningún tipo de experiencia.
Es difícil vender una idea tan nueva y tan poco probada, y a diferencia de los smartphones y los smartwatches, no hay ningún dispositivo precursor que sirva como una pequeña rampa de acceso al desafiante mundo de los cascos de realidad mixta.
Pese a tener conocimientos técnicos del mundo Apple, no creemos entender del todo lo que las Vision Pro van a ofrecer, o cómo van a cambiar las cosas. ¿Dónde deja eso al público medio?
Lo que Apple tiene que hacer, por supuesto, es poner las Vision Pro en manos de la gente. El escepticismo inicial, seguido de un sorprendente entusiasmo, es algo común entre los que ya las han probado (incluido nuestro compañero Roman Loyola), y el dispositivo es, evidentemente, su mejor punto de venta.
Pero Apple no puede permitirse el lujo de invitarnos a todos a las sesiones de demostración, por lo que está tratando de generar publicidad indirecta mediante la publicación de artículos donde se diga lo mucho que a un grupo de desarrolladores de software les encantó.
Artículo original publicado en la edición en inglés de Macworld.com.